El cannabidiol (CBD) sigue ganando terreno en todo el mundo, estableciéndose como un actor importante en el sector del bienestar. Las estimaciones sugieren que el mercado mundial del CBD podría alcanzar los 12 640 millones de dólares en 2026. Una de las razones de su creciente popularidad es que es consumido regularmente por una gran mayoría de consumidores, casi el 84%.
Sin embargo, a pesar de esta moda, la legislación que rodea al CBD difiere mucho de un país a otro. Su estatus legal depende de las leyes nacionales, que imponen condiciones específicas sobre su producción, comercialización y uso. En este artículo, echamos un vistazo a las normativas vigentes en torno al CBD en distintas partes del mundo.
CBD en Europa: un marco normativo diversificado
En la mayoría de los países de la UE, el CBD se considera un suplemento de bienestar accesible al público en general. Sin embargo, las condiciones en que se comercializa, y en particular el tipo de productos autorizados, varían de un Estado miembro a otro.
Alemania, Bélgica, el Reino Unido y Suiza son algunos de los países que aceptan el uso del CBD con fines médicos o terapéuticos. A escala europea, los países han establecido un umbral común de THC para los productos a base de cáñamo, que no debe superar el 0,2%. Para las personas que utilicen el CBD con fines médicos, es aconsejable consultar los recursos de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) para conocer la normativa precisa del país que vas a visitar.
En cuanto al cannabis, algunos países como Alemania han dado recientemente un gran paso adelante con la legalización parcial a partir del 1ᵉʳ de abril de 2024. Otros, como España y Portugal, han optado por una despenalización controlada, allanando el camino para una legislación más flexible.
CBD en Asia: entre la apertura cautelosa y la regulación estricta
El CBD se está abriendo paso gradualmente en Asia, aunque las leyes difieren mucho de un país a otro. En la actualidad, los productos a base de cannabidiol están disponibles en países como China, Japón y Tailandia, pero cada nación aplica su propia política reguladora.
En Tailandia, la legalización del cannabis en junio de 2022 marcó un punto de inflexión histórico. Sin embargo, este paso adelante sigue sometido a estrictos controles: fumar en lugares públicos, por ejemplo, está prohibido y penado por la ley. El consumo está autorizado, pero en condiciones estrictas.
En Japón, el CBD sólo es legal si no contiene absolutamente ningún rastro de THC. Sin embargo, el cannabis en su conjunto sigue siendo ilegal y sigue estando muy estigmatizado por la sociedad y las autoridades. Según las estadísticas del Ministerio de Sanidad japonés, sólo el 1,4% de los ciudadanos japoneses ha experimentado con el cannabis, una tasa mucho menor que en Europa.
El CDB en Canadá: un marco jurídico bien estructurado
En Canadá, la producción y venta de CBD está regulada por el gobierno federal y Health Canada, de acuerdo con los convenios internacionales sobre sustancias controladas. Sólo los dispensarios debidamente autorizados pueden ofrecer productos a base de cannabidiol, lo que garantiza un control riguroso de la calidad y la trazabilidad.
Sin embargo, las normas pueden variar de una provincia a otra. En Quebec, por ejemplo, está prohibida toda forma de promoción del cannabis, mientras que regiones como Ontario y Columbia Británica adoptan una política más flexible en materia de distribución. La legalización del cannabis a nivel nacional, que entró en vigor el 17 de octubre de 2018, forma parte de una estrategia de salud pública destinada a regular mejor el consumo y limitar el desarrollo del mercado ilícito.
CBD en América Latina: uso médico creciente
América Latina lleva varios años incluyendo el CBD en usos médicos estrictamente controlados. En Brasil, por ejemplo, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (ANVISA) autoriza el uso de productos a base de CBD con receta médica, dentro de un marco regulado y seguro.
En países como Uruguay, Puerto Rico y Panamá, el consumo de cannabis está totalmente legalizado, mientras que muchas otras naciones han adoptado un enfoque de despenalización que también incluye el CBD. Colombia se está consolidando como un actor importante en el sector, con un rápido crecimiento de su industria de CBD, lo que refuerza su posición como productor y exportador internacional.
El CDB en Estados Unidos: entre el progreso y la inseguridad jurídica
La legislación estadounidense sobre el CBD se estructura en torno a leyes federales y estatales que pueden variar considerablemente según la región. La aprobación de la Ley Agrícola en 2018 representó un punto de inflexión: esta ley distinguía el cáñamo del cannabis, legalizando el CBD derivado del cáñamo que contenga menos de un 0,3% de THC para fines agrícolas e industriales.
A pesar de este progreso, persiste cierta confusión. La FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) aún no ha aprobado oficialmente el CBD como suplemento dietético, lo que crea incertidumbre tanto para los fabricantes como para los consumidores.
Esto no impide que la mayoría de los estados norteamericanos autoricen la venta y el consumo de CBD, siempre que el contenido de THC se mantenga por debajo del 0,3%. Estados como California, Colorado y Texas son ejemplos de esta apertura. Al mismo tiempo, varios estados -como Michigan, Nevada, Washington y Alaska- han optado por legalizar el cannabis para uso terapéutico y recreativo, lo que refleja un proceso gradual de liberalización.
Legalidad del CBD en África: entre la tradición y la modernización
África, y el Magreb en particular, tiene una larga tradición de cultivo de cannabis, sobre todo en la producción de resina a pequeña escala. Sin embargo, la regulación del CBD varía mucho de un país a otro, y cada Estado adopta medidas acordes con sus realidades culturales y económicas.
Países como Ruanda, Ghana y Uganda ya han legislado para regular el uso médico del CBD, estableciendo marcos normativos para su producción y distribución. En Sudáfrica, el cannabis está despenalizado desde 2018, autorizándose su consumo personal en determinadas condiciones.
En Marruecos, un país con una larga historia de cultivo de cannabis, se está debatiendo la posibilidad de una legalización regulada. Por el contrario, en varias partes del continente, el CBD sigue estando prohibido o fuertemente regulado. Estas divergencias demuestran que la regulación del cannabidiol en África sigue siendo un tema en evolución, en la encrucijada de cuestiones de salud pública, económicas y sociales.
CBD en Oceanía: avances médicos sujetos a condiciones
En Oceanía, Australia y Nueva Zelanda han modificado recientemente su marco legislativo para permitir el uso del CBD con fines medicinales, aunque manteniendo una normativa estricta.
Desde 2021, Australia permite el acceso a determinados productos que contienen CBD sin receta, siempre que sean de baja dosis (menos del 1%) y estén destinados a un uso médico específico. A pesar de esta apertura, el mercado sigue estando muy regulado, con requisitos estrictos para su fabricación, distribución y uso.
En Nueva Zelanda, los medicamentos a base de cannabis son legales con receta médica desde 2020. Los productos con CBD también están permitidos, siempre que contengan menos de un 2% de THC y se fabriquen localmente, garantizando la trazabilidad y el cumplimiento de las normas de seguridad.
Aunque estos dos países han dado un paso hacia una mayor accesibilidad, el uso del CBD en Oceanía sigue estando sujeto a normas precisas y varía según las autoridades sanitarias existentes.
Conclusión: Un panorama jurídico en rápida evolución
Las leyes relativas al CBD y al cannabis difieren mucho de un país a otro, ya sea para uso médico o recreativo. Incluso dentro de Europa, los enfoques siguen siendo heterogéneos, reflejando diferentes prioridades y contextos culturales.
Antes de consumir CBD en el extranjero, se recomienda encarecidamente que compruebes la normativa vigente en tu país. Algunos países permiten su consumo en determinadas condiciones, mientras que otros lo prohíben terminantemente. Como el mercado se desarrolla rápidamente, es probable que estas normas cambien en los próximos años.